Ssshhhhh… Calma. Mesura. Tranquilidad. Este pueblo quiere paz. ¿Qué haces? Eso pasa en todas las elecciones, en algunas más y algunas menos. ¿Y qué? Es parte de nuestra idiosincrasia, somos dominicanos, ¿qué pretendes? ¿Elecciones limpias? Hazme el favor…

Vamos, vamos. Lo que necesitamos ahora es un análisis frío del asunto. Académico. Sin pasiones. En voz baja. Ecuánime. Sin comprometerte mucho. Tienes que tener tacto. La palabra clave es tibieza. Ni muy caliente ni muy frío. Mientras menos digas mejor. No, no quiero decir que te quedes callado. Habla todo lo que quieras, pero hazlo como lo hacen todos esos periodistas, columnistas, analistas, expertos, abogados, y comentaristas, que logran vocalizar un reguero de cosas sin ofender a nadie, sin molestar a nadie, sin remenear la canoa, sin tomar y defender una posición clara, fantasmagóricos, ambiguos, puede que sí, puede que no, quien sabe, yo no lo llamaría fraude, fue desorganizado, es verdad, hay irregularidades, hay que investigar, tenemos que investigar, no hay un solo culpable, nunca te comprometas señalando a un solo culpable, los culpables siempre deben ser muchos, legión, los culpables son todos. ¿Ves? Así escurres el bulto y no te tildarán de cómplice… pero tampoco enojarás a nadie en particular. ¿Entiendes? Que parezca que haces algo cuando en realidad no haces nada. Gánate el brillo sin arriesgar un fuetazo. No seas pendejo.

¿Qué quieres? ¿Dar la vida por la patria? Déjate de palomerías. Nadie te va a dar un plomazo, pero te echarías a todo el mundo en contra, por lo menos a los que cuentan, y eso es peor que morirse. ¿Es eso lo que quieres? ¿Echarte a toda esa gente en contra? A ti parece que se te olvida cómo es este país. Ponte de loco viejo para que todo el mundo te afueree y no puedas ir ni a la esquina, para que te boten del trabajo y no consigas empleo ni de paletero, para que no te den ni la hora del día. Sé cortés, bien educado. No hagas que la gente se sienta incómoda, Dios te libre de avergonzarlos, de desenmascararlos, de denunciarlos. El único que saldría mal parado eres tú. ¿Eso es lo que quieres? ¿Quién te crees que eres? ¿Duarte? No me hagas reír.

Esos tiempos ya pasaron. ¿Qué tú crees que pasaría si ahora cualquier pendejo se pone a seguir el ejemplo de Duarte y sacrificar su bienestar social y su estabilidad personal dizque por el país? No seas ridículo. Si alguien más quiere ser Duarte, que lo sea. ¿Obligado tienes que ser tú?

Y ni se te ocurra comparar nuestra actual situación con nuestro pasado dictatorial, bolsa. Aquí hay mucha gente que preserva esa memoria celosamente. Cada quién evalúa de manera distinta, y según la época en la que vive, en qué consiste una dictadura y cuáles son los umbrales del ultraje y el abuso que deben cruzarse para usar esa palabra. Lo que nos pasa hoy, a los de antes les parece un paseo en el parque, e igual te pasará a ti con los muchachos y muchachas del futuro, cuando compares sus vicisitudes con las tuyas. No te eches a esos guachimanes en contra, y no creas que tienen que haber vivido esa época para erigirse como jueces de qué es y qué no es una dictadura. Nosotros estamos bien. Este país va bien.

Sí, hay boletas sin doblar; sí, hay un montón de boletas en la basura. OK, es verdad, las actas no cuadran, y de boletín a boletín los partidos opositores pierden votos. Está bien, había gente repartiendo dinero. Todas esas irregularidades tienen una explicación. A la gente le encanta sacar las cosas de proporción, exagerar. No, yo no tengo una explicación, pero sé que existe una. ¡A ti sí te gusta complicarte la vida! Ninguna de esas cosas decide unas elecciones y lo sabes bien. Hubo sus cositas, pero de lo que sí podemos estar seguro es de que el ganador superó por mucho a su contrincante. Sí, yo sé que las elecciones son precisamente el instrumento para determinar eso. ¿Que cómo lo sé, entonces? Porque las encuestas lo daban como ganador exactamente con ese porcentaje. ¿Qué vas a decir? ¿Qué hay un contubernio con las encuestadoras? Acepta que el pueblo respaldó de manera masiva al incumbente en su reelección. ¿Utilización de recursos del estado? ¡Ah, porque tú quieres ponérsela en China es! Hasta el partidito ese tuyo hubiera hecho lo mismo, y no me digas que creías que tenía posibilidades de ganar. ¿Cuándo tú va a empezar a juntarte con ganadores?

Hermano, aquí nunca nadie quiere perder. ¿Tú crees que si aquí hubiera habido fraude electoral nuestra prensa no lo estaría diciendo? Yo no he visto nada en los periódicos. Al contrario, lo que más he leído son editoriales muy decentes, sobrios, felicitando al ganador de los comicios y llamando a la población a la calma, a aceptar los resultados, a ponernos a trabajar. ¿Qué vas a decir, que la prensa está comprada? ¿Y la Iglesia también? ¿Todos esos funcionarios, empresarios, gente de bien? ¡Qué conspiración tan grande!

No, men. Lo que pasa es que esa gente son gente racional. Gente que entiende, como ha entendido la mayoría del pueblo dominicano, que cuando algo funciona bien no hay que ponerse a fuñir. Y por eso tú también deberías entrar en razón, sumarte a la labor con entusiasmo, no restarte con antagonismos estériles y ánimo de protagonismo. Todos debemos trabajar por un gobierno de unidad, incluyéndote a ti. Porque, créeme, se necesita el esfuerzo de todos nosotros para mantener, preservar, y proteger lo que hemos logrado, se necesita que todos pongamos nuestro granito de arena para conservar la legitimidad del gobierno, si no, ¿cómo diablos vamos a echar este país hacia delante?

Tú eres mi amigo, Orlando, y te quiero. Pero suéltale ya el guante a Balaguer. Ganó en buena lid. Si lo ha hecho bien hasta ahora. ¿Cuál es el problema?