En días pasados el frutero haitiano que operaba en una calle cerca de mi casa fue atropellado por una yipeta. Murió al instante, o eso me dicen los compatriotas que fueron testigos del incidente. Estaba cruzando la calle en una zona de preescolares, colmados y negocios concurridos por la que el conductor más temerario jamás Read more →