Existe entre los seguidores y fanáticos de Hipólito Mejía un homoerotismo muy enfático y sumamente palpable; pertubardor, diría, pero no porque me limite a mí la homofobia, sino por lo irónico de su presencia en un movimiento que se regodea en lo macho,  que se agarra los cojones para expresarse, que festeja y sabrosea la testosterona y la sirve espumeante a sus seguidores… Aunque pensándolo mejor, no es irónico, sino lógico, que el tono celebratorio con que se enaltece Read more →