Hola. Mi nombre es Winston Smith y trabajo en el Ministerio de la Verdad de nuestra gloriosa República Dominicana, hogar del Domdem, o Democracia Dominicana. Quiero aprovechar este primer párrafo para felicitar al Partido por su definitiva victoria en estos pasados comicios. Como un solo cuerpo Hobbesiano, el pueblo se ha levantado y ha afirmado su adherencia a los dictámenes e ideales consagrados por el Partido en la persona de su máximo líder, el preclaro Leonel Fernández, y de su acólito presidencial, Danilo Medina. También de la gran madre de todos los dominicanos y dominicanas, Margarita Cedeño, que con amable y tierna mano protege y sustenta a los pobres y desvalidos de nuestro país, su cabeza siempre cubierta con una humilde toca, al uso de las santas. Dicho lo anterior, he estado observando una serie de tendencias que prometen corroer esa victoria y que, como funcionario del Ministerio de la Verdad, estoy en la obligación de corregir. Recuerden que una de las consignas más preciadas del Partido es “corregir lo que está mal”.

Muchos de ustedes, ciudadanos de nuestra gloriosa República, seguidores o no de nuestro preclaro líder, satánicamente pretenden hacer uso de sus facultades sensoriales y, peor aún, de sus capacidades de raciocinio, pese a que ya el Partido les ha conminado en repetidas ocasiones a renunciar a ellas como a cosa peligrosa y a confiar en que sus representantes y funcionarios están haciéndolo por ustedes de manera responsable. Utilizando de modo inexperto esas facultades y capacidades, encaminándolas por los senderos de la rebeldía, la inestabilidad y el desorden, quieren, muchos de ustedes, empañar la felicidad de la mayoría y corromper el trabajo de unidad que nuestros líderes limpiamente elegidos desean emprender.

Así pues, repitan conmigo los siguientes 9 puntos hasta que se los aprendan de memoria.

  1. No se compraron cédulas. No se cambió el documento de identificación electoral por dinero, por estufas, por neveras, por empleos. No se dio ese fenómeno en plena luz del día. No hubo filas en barrios para entregar carnés. Todo eso es una falacia, una malinterpretación de hechos aislados y, por qué no, una ilusión óptica o un cuento de camino que no se apoya en pruebas fehacientes.
  2. No se habilitaron muertos en el padrón electoral.
  3. No se usaron recursos del estado en la campaña. Nuestros humildes, austeros y discretos despliegues fueron financiados por donantes anónimos y ardorosos simpatizantes. Casi todo nuestro presupuesto se utilizó para apoyar iniciativas educativas y debates.
  4. No es cierto que la diferencia la hicieron los partidos aliados. El Partido fue el más votado por la población. El Partido hubiera ganado sin la ayuda de sus aliados, cuya adhesión fue ideológicamente sincera, jamás comprada con dinero, prebendas o puestos.
  5. No se dio de baja a militares para que pudieran votar y reengancharlos luego con ostentosas promociones.
  6. No se manipularon encuestas.
  7. No se le pagó a periodistas ni a la entrada ni a la salida de las conferencias de prensa. La prensa dominicana es incólume, justa, íntegra y vertical.
  8. La JCE, presidida por una figura sin compromisos políticos, no se comportó de manera brusca, nebulosa y parcializada. En todo momento su proceder fue transparente, abierto, conciliador y razonable.
  9. El Partido no compró a Miguel Vargas Maldonado por dinero para que le echara ácido del diablo a su propia gente. Eso es sencillamente una barbaridad, un infamia, una traición impensable.

Próximamente, dirigentes y funcionarios del Ministerio del Amor estarán satisfaciendo el clamor popular y empapelarán la ciudad con imágenes de nuestro gran Presidente. De esta manera, los ciudadanos y ciudadanas responsables podrán encontrarse con su egregia figura observándolos amorosamente desde vallas, pancartas y afiches, y devolverle el cariño con una pequeña, apenas perceptible, inclinación de la cabeza.

Sin más,

Winston Smith
Ministerio de la Verdad